De la vasta colección de parientes que aportó Belén Corsini, condesa de Osorno, a la casa de Alba (no en vano a su familia la conocen como «La tribu»), quizá la más mediática sea su prima Laura Corsini Santolaria. Laura Corsini es la fundadora, CEO y directora creativa de Bimani, la marca de ropa donde la jet española consigue sus «clásicos atemporales» (con permiso de Inés Domecq, por supuesto) y la cara más visible de los Corsini en Instagram. Pero además va a ser la protagonista absoluta de una de las bodas de alto copete de este año: el pasado mes de noviembre anunció su compromiso con su novio Javier Ibáñez Fuertes. ¿Pero quién es Laura, la Corsini que «escapó» de la fortuna inmobiliaria familiar y decidió que su futuro estaba en hacer prendas monocromáticas reversibles y que no se arrugan?
Laura Corsini, la prima de Belén Corsini con fortuna propia
Habrá quién diga que lo suyo con el mundo de la moda es amor a primera vista, pero en la trayectoria de Laura Corsini a ese flechazo hay que unirle su buena agenda y un golpe de suerte. La idea de crear su propia marca de ropa surgió por «accidente» cuando Laura Corsini sólo contaba con 22 años de edad y estaba cursando el último año de Ciencias Empresariales en la Universidad Pontificia de Comillas.
Laura Corsini y su novio, Javier Ibáñez Fuertes / instagram
Unas prácticas como becaria en Agatha Ruíz de la Prada, un máster en el Istituto Marangoni de París (el mismo por el pasó Pauline Ducruet) y el prodigioso descubrimiento en un viaje a Shanghai de un tejido tan suave como inmune a las arrugas llevó a la Laura Corsini veinteañera a plantear a su madre la posibilidad de encargar blusas con la tela milagrosa y montar un pop store en casa solo para amigos durante las vacaciones en Comillas. Cosas que pueden pasar si tienes casa familiar en Comillas, amigos que pagan pantalones y camisas amateur a 80 euros y visión de negocio.
Ni que decir tiene que las camisas antiarrugas se vendieron como churros y, mágicamente, lo que surgió por casualidad en 2012 se convirtió en la marca de ropa casi-oficial de los looks de batalla de los pijos de Madrid y un floreciente negocio online que también posee tres tiendas físicas (y que esperaba cerrar sus cuentas el pasado año con varios millones de euros de beneficios).
Hoy Laura Corsini puede presumir de ser una mujer enamorada de un trabajo al que llegó por casualidad, de ser su propia jefa con tan solo 31 años y de haberle vendido camisas y pantalones a todo el who is who nacional, desde Isabel Díaz Ayuso a Isabel Preysler o Ana Boyer. Parece que el único traspiés en su camino empresarial es tener que desmentir en todas sus entrevistas que su poderosa familia sea el origen económico de su éxito (y que allá por 2015 tuvo que cambiar el nombre inicial de su firma, Biombo 13, por el de Bimani porque en Europa lo del biombo ya estaba registrado).
Vídeo.La nueva generación de las mujeres de la casa de alba
Se declara fan incondicional del color frente al negro, los zapatos cómodos, las líneas sencillas, los escotes recatados y clásica, clásica, clásica, de hecho anunció su compromiso en su cuenta de Instagram (una concesión a la modernidad) afirmando que con su compromiso encaraba el «proyecto más importante de su vida». ¿Acaso hay algo más clásico que una mujer anunciando que su boda es lo más importante de su vida?
