Elaine Thompson-Herah es la mujer más rápida del mundo. Tras un ciclo olímpico sin destacar especialmente, volvió a emerger en los Juegos Olímpicos de Tokio imponiéndose en los 100, 200 y 4x100 metros lisos cinco años después de las medallas de oro de100 y 200 metros en Río.
Eso le ha consagrado como una leyenda de la velocidad, que afianzó su dominio corriendo más rápido que nunca, porque la jamaicana corrió el pasado 21 de agosto en Eugene en 10,54s, a solo cinco centésimas del récord mundial de Florence Griffith-Joyner de 1988 considerado imposible. Y en Japón, había corrido los 200m en 21,53s, también la segunda marca de siempre tras Flo-Jo en el mismo año.
Por tanto, Thompson-Herah es la mujer más rápida de este siglo y del mundo actualmente, pero a sus 29 años nunca había tenido la oportunidad de aprender otra actividad deportiva básica para casi todos en los países más desarrollados, andar en bicicleta. Por eso, hace unos días cogió un vehículo amarillo de paseo con su cesta incluida y empezó a aprender a dar sus primeras pedaladas con la ayuda de su amigo Terry Manboard, operador de vídeo y entrenador de atletas, que le sujetaba la bici como un padre aguanta a sus hijos para que no se caigan sobre dos ruedas.
"Cuando era una niña pequeña, no tuve una bicicleta ni la oportunidad de conducir una, así que esto es un reto para mi ahora", explicó Thompson-Herah en su cuenta de Instagram, y recibió los ánimos de mucho amigos y fans que le decían que nunca era tarde para aprender.
