Por Emily Chan
El coronavirus ha llevado a muchas personas a explorar su lado más manual mientras pasan más tiempo encerradas en casa, en labores como el tejido con agujas o con ganchillo. Sólo mira lo popular que se hizo el cardigan de parches de Harry Styles, que se volvió la sensación en TikTok cuando sus fans comenzaron a recrear el tejido de JW Anderson (el propio diseñador liberó luego los patrones para celebrar la respuesta que recibió la prenda). En la pasarela, también hemos visto un regreso del espíritu ‘arregla y repara’, ya sea en los abrigos reaprovechados de Marni o en los diseños de Recicla, de Maison Margiela, reconfeccionados a partir de piezas vintage.
Orsola De Castro, cofundadora de Fashion Revolution y autora de Loved Clothes Last: How The Joy Of Rewearing And Repairing Your Clothes Can Be A Revolutionary Act (Penguin, 2021), espera que este nuevo estado de ánimo signifique que todos nos vamos a tomar el tiempo de remendar las piezas que ya tenemos en el clóset. ‘Hay una poesía implícita en el acto de remendar que hemos olvidado durante los últimos 30 años de híper-disponibilidad’, nos dice por teléfono, desde su casa en el Sur de Londres. ‘Se trata de bajarle un poco la velocidad al sistema.’
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Hablando en términos prácticos, reparar tu ropa —en lugar de aplicar las enseñanzas de Marie Kondo cada vez que el dobladillo de una falda se deshace o un pequeño hueco aparece en tu suéter — significa también que estás evitando que termine en un vertedero (actualmente, menos del 1% de los textiles es reciclado y convertido en nuevas piezas, según la Ellen MacArthur Foundation). También estás reduciendo su impacto ambiental. Según un reporte de la organización WRAP, que trabaja con datos sobre desperdicio, extender la vida de una pieza de ropa por apenas nueve meses puede reducir sus huellas de carbono, desperdicio y agua entre un 20 y un 30%.
Más allá de esto, tomarte el tiempo de reparar tu ropa es también un modo de aprender a valorarla y volver a enamorarte de ella. ‘Para mí, mis prendas son como álbumes fotográficos: cada reparación me recuerda una historia’, dice De Castro. ‘La implacable velocidad a la que consumimos prendas de ropa ha erradicado el concepto de que son manos humanas las que fabrican estos productos. Se trata ahora de restablecer la cultura de entender nuestra ropa, cómo cuidarla y cómo mantenerla.’
El remiendo visible — que se puede hacer cosiendo parches en tus viejos jeans o remendando los agujeros de tu jumper utilizando telas de diferentes colores (mira el trabajo de la artista Celia Pym) — puede ser también un pronunciamiento político importante, particularmente en un momento en el que las luchas de los trabajadores de la industria manufacturera que hacen nuestra ropa se han visto exacerbadas por el Covid-19. De Castro dice que probablemente sea mucho más importante reparar las prendas de ropa proveniente de marcas de fast-fashion que de las de lujo, para poder reparar el sistema actual de ‘exceso inconsciente.’
‘Reparar nuestra ropa es enviar un mensaje muy fuerte a estas marcas: no queremos más, queremos mejor. Tanto una mejor calidad en las prendas como en las vidas de las personas que las hacen’, explica. ‘Si le pagamos a nuestros trabajadores un sueldo digno y les pedimos que hagan menos productos, estaríamos dando un paso en la dirección apropiada.’
Así que si tienes prendas que necesitan desesperadamente un arreglo languideciendo en la parte trasera de tu clóset, aquí están los tips a prueba de errores de De Castro para que comiences ahora mismo.
Comienza con algo pequeño
Si nunca antes tuviste una aguja en las manos, es poco probable que te conviertas en una remendadora experta de la noche a la mañana. ‘Esto no es algo que haces durante una semana: es un estilo de vida, un cambio en tus hábitos’, dice De Castro. Comienza por un botón o un remiendo básico que puedas hacer a mano antes de meterte en un proyecto más ambicioso.
Haz un trabajo encubierto
Un truco sencillo es cubrir cualquier agujero pequeño o esa mancha terca en una de tus prendas con parches o apliques (para inspirarte, dale un vistazo al trabajo de Tetsuzo Okubo, quien recientemente trabajó con varias piezas de wearable art de Damien Hirst para un proyecto difundido por Virgil Abloh). ‘Es mi truco número uno. Compro la mayor parte de mis apliques en este lugar maravilloso que se llama Cenci, al Sur de Londres’, explica De Castro, y añade que con ese método ha personalizado piezas enteras, como chaquetas y jumpers con los accesorios.
Utiliza tus recursos
Desde luego, reparar tu ropa con materiales que ya tienes a mano te dará créditos ecológicos extra. Eso significa guardar cualquier material que te sobre al terminar: bien sea una vieja bufanda o ese trozo de tela extra que le sacaste a una falda, que te ayudarán en tu viaje de reparación. ‘Puede que decidas deshacer una vieja pieza tejida y reutilizarla como lana’, dice como ejemplo De Castro.
Por Maria Belen Archetto
Descubre qué tipo de reparadora eres
Con tantas opciones disponibles, vale la pena descubrir qué tipo de remiendo es el que se te da mejor hacer: bien sea remendar con hilo, coser parches o personalizar prendas. ‘A mí me encanta coser botones y soy buenísima en crochet, pero soy pésima cosiendo a máquina, así que no lo haría’, dice De Castro. ‘Si haces algo en lo que crees, acabas dominándolo.’
Conoce tus límites
Parte de descubrir qué tipo de reparación es la que se te da mejor es también reconocer tus límites y poner esos arreglos en manos de un profesional. Esto puede incluir un cierre roto o una reparación en un vestido de diseñador que no quieres que salga mal. ‘Depende de tus habilidades, y del tiempo que tengas’, concluye De Castro.