Foto: Alexis del Toro
Histriónico y elocuente habla frente a la cámara de su teléfono. Seducido por la riqueza espiritual de los textos martianos y de cuanto se habla en la Historia de Cuba del que nació en la habanera calle de Paula, el pionero Juan Miguel García Almeida ha encontrado una manera singular para abrazar la obra del Maestro, que lo ha hecho ganador de los concursos de las últimas dos ediciones, 44 y 45, del Seminario Nacional Juvenil Martiano.
En pequeñas cápsulas de audiovisuales ha reflejado su interpretación del Martí descubierto en los libros, en las indagaciones en bibliotecas e Internet y en visitas a museos, sugerencias que le propician sus tías- abuelas cuando va de visita a la capital, por lo que estas y otras oportunidades aprovechadas como parte de los seminarios nacionales, lo han conducido por la Fragua Martiana, el memorial José Martí y el recorrido hasta la escuela de su maestro Rafael María de Mendive.
De esta experiencia subraya: “Son momentos muy lindos que permiten conocer con más profundidad al Héroe nacional de Cuba, más cercano y cómplice de su momento histórico. Además de compartir con otros niños martianos, y personalidades de la Cultura y la vida política del país, como Abel Prieto y Yusuam Palacio.
Pero igualmente lo hago desde mi perfil de Facebook, que he aprovechado para difundir mensajes de amor y lealtad, reflejos del sentimiento del más universal de los cubanos”.
Confiesa que su pasión por la historia y la investigación, unido a su pasatiempo favorito, la creación de audiovisuales, le han hecho acercarse a la inmensidad de Martí de una forma más creativa y potable para sus coetáneos. Y no solo visto desde lo histórico que relatan los libros, sino desde los versos sencillos, las frases que se vinculan a disimiles temáticas y desde la óptica de Fidel también, un fiel seguidor de las ideas martianas.
“Ello ha sido posible por los conocimientos adquiridos en el Taller de creación audiovisual para niños y jóvenes, que imparte Nora Martínez, realizadora del telecentro provincial holguinero, donde he aprendido sobre técnicas de animación (stop motion), guión, producción y post producción, entre otros detalles que me permiten crear estos materiales con una aplicación de edición en un teléfono.
“Mi primer trabajo lo hice en tercer grado sobre el pensamiento martiano en la vida y obra de Fidel reflejado en los logros de la Revolución cubana. Fue algo muy sencillo que presenté al evento juvenil martiano de zona. Luego vinieron otros como el de “Por la ruta de Martí un mundo mejor es posible”, relacionado con los valores y también sobre La Edad de Oro y sus influencias en las nuevas generaciones; Martí y Calixto García y ahora mismo investigo sobre la etapa en el presidio político.
“Llevar estos temas a audiovisuales, me parece que es una forma de que los niños y jóvenes se acerquen, se interesen y aprendan más sobre la obra del Maestro, pues es un ejemplo de humanismo, nos enseña a ser buena persona, a profesar el amor a la Patria, familia, estudio y naturaleza”, explica el jovencito de 14 años de edad.
De cuna le viene la inspiración para hurgar en los libros que le muestran al hombre patriótico, pero también al poeta, humano, al joven que resistió el peso de cadenas y grilletes y no claudicó nunca ante las adversidades, al de complexión física débil pero de voluntad férrea.
A su madre, la periodista Yudit Almeida y a su abuela Migdenia debe mucho su admiración por el autor de La Edad de Oro, pues era uno de los textos que ambas le leían justamente cuando la suya era como la del metal dorado. Desde entonces comenzó a desarrollar un especial interés por conocer más sobre quien afirmó que “los niños son la esperanza del mundo” y cultivó una rosa blanca en honor a la amistad sincera.
Yo soy un hombre sincero de donde crece la palma
Tanto Juan Miguel como su mamá agradecen la suerte de proceder de una familia de tradición docente y martiana, pues todos de alguna manera han contribuido para que el jovencito desarrolle sus estudios, cultive y fomente su afán por investigar a quien inspiró a una generación cien años después de su natalicio y siempre defendió lo justo.
En el poblado de Maceo, del municipio de Cacocum, donde reside Juan Miguel junto a sus abuelos maternos, hay un interesante movimiento del estudio de la obra martiana, asegura, mérito que se le debe al claustro de la escuela primaria Federico Capdevilla y al trabajo que por muchos años desempeñó la maestra Xiomara Ramírez, al frente de la Cátedra martiana en este centro.
“Estoy muy orgulloso de haber sido en esta escuela donde me iniciara en las lides del Movimiento juvenil martiano y en otros concursos y eventos convocados por el Centro de Estudios Martianos y la Sociedad cultural José Martí.
Quien lleva mucho adentro necesita poco afuera
“El legado martiano tiene mucha vigencia, su antiimperialismo, el amor por Cuba, su desinterés por las cosas materiales… yo quisiera que los niños se acercaran al Martí que recogió los fondos del Partido Revolucionario cubano con los zapatos rotos, un traje viejo y pasando frio, esos detalles de su vida que nos hacen ver lo inmenso que era su corazón, el humanismo desbordante y su sentido altruista, lo que nos hace mejores personas.
“Nos enseñó el valor de la bondad, dignidad, la utilidad de la virtud y la importancia de la unidad para que el gigante de las siete leguas no extienda sus fuerzas sobre los pueblos de América.
“De Martí hay mucho que leer y estudiar”, dice quien se sumerge cada noche como polilla en las páginas que le dan el alimento para hacer crecer el próximo proyecto que prepara con vista al venidero Seminario y para su recién estrenado canal de youtube, dedicado a niños, adolescentes y jóvenes, que abrió a propósito del aniversario 169 del natalicio del Apóstol cubano, este 28 de enero.
El nuevo proyecto le resta tiempo a los partidos de ajedrez o dominó con su abuelo, pero ambos saben la noble causa que persigue: acercar a Martí al corazón de los más jóvenes, que como Juan Miguel tengan el sueño de “ser un hombre útil a su Patria” y traten de hacer en la escuela, casa y calle lo que Martí pidió a María Mantilla “…algo bueno cada día en su nombre”.
Motivos para que el pionero de la secundaria básica Antonio Maceo no se detenga en sus propósitos y continúe irradiando la obra martiana desde su óptica juvenil, seducido por el placer de descubrir y llevar a las redes nuevos detalles del más universal y necesario de los cubanos en todos los tiempos.