Todo ello lo aseguró ayer una de las figuras más controvertidas del entorno de Moncloa, el ex director de Gabinete de Pedro Sánchez, al pronunciar su conferencia 'La España que nos merecemos: restauración o perestroika' en el hotel Hiberus de Zaragoza . Habla Redondo de la política como un juego, una pasión, un deporte. Se le permiten las comparaciones, máxime cuando porta una mascarilla de la Real Sociedad. Disfraza la filosofía política de lenguaje bélico y futbolero –él era el 10 del equipo, el que creaba el juego para el Balón de Oro–, porque así se le entiende mejor que con las alegorías ajedrecistas, reconoció en algún momento de la mañana.
Y cuando casi puede olvidarse el interlocutor de la seriedad del asunto, aparece Iván Redondo afirmando que Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno, puede ser la próxima presidenta española. Lo puso en la mesa con los datos de las últimas valoraciones presidenciales, aunque ya lo había publicado por la mañana en su artículo de La Vanguardia. De cualquier modo, Díaz ya marcharía en primera posición con un 22% de voto si hubiera una elección entre cuatro candidatos.
Redondo apuntó que el movimiento encabezado por Díaz es una «izquierda a la izquierda del PSOE», pero «más transversal y nueva». La comparó con «el primer Podemos o el primer Ciudadanos». Por cierto, de los morados señaló que «los zapatos del Gobierno no le quedan bien a todo el mundo», y de los naranjas que no cuentan con votantes de carné. Es más, decretó que «el centro político no existe», sino que son las causas desplazadas a dicho centro lo que se esconde tras el término.
Aragón y el pacto
Redondo, que se reivindicó como un hombre «de Filosofía y Letras» pero «adoptado» por la Comunicación, aseguró respecto al ámbito autonómico que el presidente aragonés, Javier Lambán, es «mejor presidente de lo que era en sus inicios». Señaló como un valor la figura del líder socialista a la cabeza del Ejecutivo autonómico y añadió que «está en el momento en que su presidencia brilla más».
Redondo describió Aragón como «una comunidad de vanguardia» por su trayectoria en los pactos y los ejecutivos de coalición, como el actual gobierno cuatripartito, reafirmando que «es uno de los pioneros en nuestro país en muchos parámetros», que siempre «está en pro de la reforma» y de lo que sería «la perestroika que yo defiendo y la transformación del cambio».
Reforma de la Constitución
Pero no se queda el ex asesor de Sánchez en el juego político. Auguró ayer una reforma constitucional antes de 2030, incidiendo en que incluso podría darse «en la próxima legislatura». Argumentó que la necesidad parte de una actualización «empezando por la propia literatura con que está escrita» que calificó como «hija de otra época». Refirió que el hecho de que aparezca en su texto «una persona con nombre y apellidos, que es Juan Carlos I» resulta «un elemento extraño». Requeriría, por supuesto, de un gran pacto de Estado.
Como también lo requiere la reforma de las pensiones, que Redondo declaró como «el momento para hacer un pacto» que debe encabezar el líder de la oposición. Podría marcar un nuevo cambio de presidente, dado que en España es costumbre que a un presidente «le suceda su mejor creación».
Y aunque estaba en un foro entre líderes del marketing y consumados economistas, no le tembló la voz al descifrar a lo que el votante da importancia a la hora de las elecciones. El exasesor de Sánchez apuntó que «de 15 elecciones generales en España, solo en una fue la economía el tema decisivo». «El gran tema siempre es España. Así es nuestro país», sentenció.