3. Guardar
Este es el punto del que nadie se libra y donde cada año nos decimos: ¿qué haría yo para ahorrar espacio quedando todos accesibles y ordenados? Atención: olvídate de las cajas originales de los zapatos, lo único que hacemos así es almacenar mucho cartón y mucho aire. Por eso vamos a hacerlo bien:
1. Divide los zapatos por tipos: botas y botines, botas de agua, campo o nieve, zapatones de salón, zapatillas de deporte.
2. Ponles la horma original o hazle una con papel seda para que no se deformen.
3. Mételos en una bolsa donde se pueda ver el interior, si el clima de vuestra ciudad y el sitio elegido para guardarlos es seco, puedes utilizar bolsas de plástico transparentes, si no es así deberás meterlos en bolsas que puedan transpirar o hacerles algunos agujeros a las bolsas de plástico.
4. Usa cajas de almacenamiento de ropa para meter cada tipo de zapato en las categorías en los que las ha dividido.
5. Etiqueta las cajas.
De esta forma, cuando acabe la temporada y en sucesivas, podrás ir sacando cada categoría de zapatos según la necesites; primero, los de salón quizás y, por último, las botas de agua o montaña y en cualquier momento tendrás localizado el par que buscas sin tener que abrir cada una de las cajas.