¿Y cómo era la mochila ideal según Nordin? Más amplia de tamaño, más alta y más pegada sobre la espalda. Así, el sueco confeccionó un primer prototipo, gracias a la máquina de coser de su madre, que cumplía con todos los requisitos previamente mencionados. En 1960, una década más tarde de ese primer arquetipo y tras encontrar los materiales exactos con los que darle forma, Åke Nordin lanzó su primera mochila Fjallraven.
Desde los inicios de esta marca, la naturaleza siempre ha sido el punto de partida para cada uno de sus lanzamientos. De ahí que la oferta de Fjallraven se diversificara notablemente entre los años 70 y 80 con prendas de exterior, como la chaqueta Greenland y la chaqueta Expedition Down, tiendas de campaña y sacos de dormir. En esta época, más concretamente en 1978, también se lanzaría la primera mochila Kanken, ahora icono de la casa.
Tras solidificar un catálogo atractivo para excursionistas, montañistas y practicantes de deportes en exterior, el siguiente capítulo de Fjallraven tuvo más que ver con la expansión internacional que con el lanzamiento de nuevas propuestas. Nordin estaba convencido de que sus creaciones merecían una mayor atención y que podían incluso ayudar a crear un culto global en torno al medioambiente.
De ahí que Fjallraven saliera de sus fronteras para conquistar Europa, empezando primero por Dinamarca, Noruega y Suecia y posteriormente aterrizando en el resto del continente -a España llegaría a principios de los años 2000-; e incluso que amadrinara una caminata de 110 kilómetros por el norte de Suecia bajo el nombre de Fjällräven Classic. Que sus mochilas se mudaran del campo a la ciudad sería cuestión de tiempo (y a día de hoy, dos décadas después, permanecen sobre el asfalto).