Es algo que llama la atención cuando se repasan fotografías e imágenes de Gavi durante los partidos y entrenamientos. El centrocampista de la selección siempre lleva los cordones de sus botas desatados.Una siempre, las dos muchas veces.
Con su nombre en una bota y en la otra (la de la izquierda) los de su padre y hermana (Pablo y Aurora), los cordones sueltos son una marca de la casa en las imágenes de Gavi. Quienes le conocen dicen que es así de toda la vida, que es tan nervioso que los momentos previos a salir al campo los vive con tanta intensidad que o no se ata las botas o se lo hace con tanta prisa que los nudos duran nada y menos.Le pasaba cuando era el chaval que puso rumbo a Barcelona desde Los Palacios y le pasa al internacional español.
Cuentan que el día de que Ronald Koeman le hizo debutar con el Barça en partido oficial se esmeró en atarse bien las botas. Así aparece en las primeras fotos que hay del partido ante el Getafe del 29 de agosto. Poco después ya aparecen las botas de Gavi con los cordones sueltos.
Atadas o sin atar, las botas de Gavi ya forman parte de la selección española. A sus 17 años ha iniciado un recorrido del que es complicado saber a qué límites puede llegar.
