Desde el pasado 6 de diciembre y hasta el 19, La Habana se ha convertido en sede principal de la Feria Nacional de Artesanía 2021 –que se extiende a todas las provincias del país– una opción comercial y de negocios organizada por el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) que el pueblo espera y agradece.
En días previos a la inauguración, Arturo Valdés Curbeira, director general del FCBC, aseguró a la prensa que la calidad de los productos y los precios asequibles son las prioridades de esta cita que, por segunda ocasión, ofrece la oportunidad a artistas artesanos del patio de promocionar y ofertar sus creaciones, y a la población, de acceder a ella.
El Recinto Ferial Rancho Boyeros y la Estación Cultural de Línea y 18 han acogido la feria en la capital. Este último espacio resulta el más visitado. «Es el mejor circuito de La Habana, –a pesar de que no se ha terminado de construir y carece de climatización–, está muy céntrico y es de fácil acceso», comentaron a Granma Geovanys Jiménez Izquierdo y René Pérez García, productores pinareños al frente del grupo de creación inmobiliaria Rustivani, perteneciente al FCBC.
Aunque han mantenido niveles de venta similares a los de años anteriores, estos creadores manifestaron preocupación por los precios. «Nos sentimos incómodos, pero la madera, los selladores, el pegamento, los equipos y herramientas con que trabajamos son todos importados en moneda dura. La inversión es elevada y, cuando cerramos el ciclo, las utilidades solo llegan al diez o al 15 %, explicó Jiménez Izquierdo, e insistió en que, aun así, ajustaron los precios para esta feria, porque se trata de pensar también como pueblo».
En ese aspecto, Mabel de Dios, una de las visitantes, dijo sentirse complacida con lo que pudo adquirir en la feria, también se refirió a los precios como elevados para la mayoría de los productos, sobre todo en el caso de los zapatos, que actualmente no resulta fácil encontrar, por lo cual los artesanos suplen esa carencia; sin embargo, aunque tienen buena calidad, hay precios que no se ajustan al público.
De igual forma, Mariam Arias, quien se llegara el recinto durante la primera semana de venta, remarcó que la feria superó sus expectativas, pues hay variedad de productos útiles y funcionales para el hogar, y de precios, aunque algunas ofertas pueden resultar caras, como es el caso de las guayaberas que, siendo un símbolo de cubanía, ronda los 2 000 pesos. Por otra parte, satisfecha con la fluidez, rapidez y organización en la cola de acceso al sitio, la visitante señaló que para próximas ediciones se podría mejorar en cuanto a la duración, 15 días no son suficientes, podría extenderse durante todo el mes, subrayó. Además, podría reforzarse el transporte en la zona, como se hace en la Feria del Libro, pues resulta trabajoso trasladarse.
Con respecto a los stands de calzado, expresó que las ofertas tienen muy buena calidad, pero que necesitan mayor dinamismo en cuanto a la atención al comprador, pues es uno de los productos de mayor demanda.
En encuentro con la prensa, los organizadores de la Feria hicieron hincapié en los nuevos horarios, de 11:00 a.m. a 8:00 p.m., lo cual favorece al público y permite que los trabajadores puedan llegar hasta ella después de su horario laboral. Esta es una sugerencia de la cita anterior que fue acogida y analizada conscientemente por el FCBC.
La joven Melissa Cortina Reig lleva tan solo nueve meses fabricando en su casa productos artesanales que se insertan dentro la medicina natural y tradicional. Aceites, cremas, jabones, tónicos para la piel, forman parte de las ofertas con las que llegó a la Feria Nacional de Artesanía 2021, segura de que «no hace falta buscar materias primas en el extranjero cuando tenemos los recursos en el país».
Sanem es un negocio familiar perteneciente al sector no estatal, que promociona sus ofertas a través de la red social Instagram, por lo que, destaca Cortina Roig, «es un privilegio participar en la feria, y es una muestra más de que Cuba puede levantar con la artesanía y el cuentapropismo, como ha sido evidente en esta etapa de pandemia», opinó.
Precisamente, de los más de 500 stands montados, alrededor de 50 pertenecen a trabajadores no estatales, para quienes esta feria representa una posibilidad de darse a conocer y vender en un espacio al que acude una clientela más diversa. La participación de diferentes actores de la economía en el encuentro es uno de sus aciertos.
También dedicada a la elaboración en casa de productos 100 % naturales, se presenta en la Feria Yanara Ruiz Padrón, quien luego de pasar cursos online, se vinculó al FCBC y a la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACCA), lo cual le ha brindado la oportunidad de comercializar sus creaciones, de alta demanda en esta ocasión, sobre todo por parte de las mujeres.
Xiulen Dones se siente satisfecha con este tipo de ventas y recalcó que en la feria se puede disfrutar de productos novedosos, variados, para todos los gustos y necesidades. No obstante, la joven comentó a este diario que le quedó la insatisfacción de no encontrar ofertas gastronómicas dentro de la Estación Cultural de Línea y 18.
Los pulóveres que visten los conductores del programa Con filo, están también presentes en la cita; junto a ellos, delantales, alfombras, cuadros y banderas cubanas y del 26-7 en diversos formatos. Ketty Trujillo y Yurisan Hernández, encargadas de atender al público, afirman que esos productos han tenido gran aceptación.
Hasta la fecha, la Feria Nacional de Artesanía 2021 ha logrado un necesario balance entre calidad, cantidad y precio de los productos. La integración de stands institucionales, de creadores pertenecientes al FCBC y de las formas de gestión no estatal, ha propiciado la variedad de ofertas y ha logrado satisfacer, en cierta medida, las demandas de buena parte de la población. Tener acceso a útiles que en la red de tiendas hoy no encontramos, es una fortaleza de la cita ¿Qué resta? Ser más competitivos, buscar apoyo logístico y crecer.
