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Mohamed Salah, el nuevo rey del fútbol: "Tienes dos opciones: dar la razón a la gente por dejarte en el banquillo o demostrar que están equivocados; yo tenía que demostrarles que estaban equivocados”

Lo que sucedió a continuación fue uno de esos momentos del destino que te hacen preguntarte: ¿Qué hubiera pasado si…? En el invierno de 2014, Salah recibió una oferta del Liverpool, pero decidió fichar por el Chelsea. En ese momento tenía sentido porque el Chelsea dominaba la liga, pero el club ya tenía a unos cuantos delanteros estrella y su entonces entrenador, José Mourinho, rara vez rotaba su alineación titular. “En retrospectiva, me doy cuenta de que me aconsejaron mal”, dice Salah.

Londres supuso un cambio aún mayor que Suiza. Poco después de llegar, Magy dio a luz a su primera hija, Makka. En Egipto, la fama de Salah se disparó. Entonces y ahora, un jugador egipcio que ficha por uno de los mejores equipos de la Premier League es prácticamente inaudito. Intentó conseguir minutos de juego, pero solía quedarse en el banquillo sin jugar. Los críticos decían que lo habían traspasado demasiado pronto, que no estaba a la altura de la potencia física que se requiere en la Premier League. Salah dejó de leer las noticias. “Psicológicamente fue muy duro para mí. No podía con la presión de los medios, viniendo además de afuera”, dice Salah. “No estaba jugando mucho y sentí que tenía que irme”.

Al año siguiente, el Chelsea le prestó a Salah a la Fiorentina. Italia le gustó, jugó bien y en 2015 se mudó a Roma. En un momento así, muchos jugadores con su talento podrían haberse conformado: vale, tuviste tu oportunidad en la cima, pero este es tu nivel. Sin embargo, el rechazo que sintió en el Chelsea le afectó y su motivación creció aún más. “Tienes dos opciones: darles la razón por dejarte en el banquillo o demostrar que están equivocados”, dice. “Tenía que demostrarles que estaban equivocados”.

Mohamed Salah, el nuevo rey del fútbol:

Mientras seguía en el banquillo del Chelsea, Salah comenzó a levantar más pesas, fortaleciendo el tren superior. “Solía ​​ir todos los días al gimnasio porque sabía que no jugaría”, dice. (Los resultados son evidentes cuando Salah se quita la camiseta para celebrar un gol o en su perfil de Instagram: tiene unos abdominales que parecen panecillos recién horneados). Comenzó a leer libros de autoayuda como El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda, de Mark Manson, y a ver videos de YouTube de reputados entrenadores como Tony Robbins y Zig Ziglar. “Napoleon Hill me influyó mucho”, dice Salah. “Era el único escritor que de verdad hablaba sobre tener fe en uno mismo. Para mí, todos los libros que he leído después se basan en lo que ya había dicho él”. (Irónicamente, ahora se cree que Hill, pionero escritor del género de autoayuda y autor del superventas Piense y hágase rico, de 1937, se inventó en gran parte las historias de su propio éxito. Finge que lo tienes hasta que lo consigas, que dirían).

Es fácil ser cínico con la literatura de autoayuda —sé positivo, cree en ti mismo—, pero a Salah le ayudó, hasta el punto de que, hablando con él, da la sensación de estar en un seminario de motivación. “Lo mejor que puedes hacer es hablar muy seriamente contigo mismo. Tómate un café, siéntate y pregúntate qué quieres”, dice. O: “Algunas personas no saben cómo enfrentarse a sí mismas correctamente, pero a mí eso no me pasa: si tengo problemas, me enfrento a mí mismo y siento dónde me encuentro”.