¡Buenos días!, soy Andreu, entrad y dejad el paraguas en este cubo.
– Nos dijo desde la puerta.
…Andreu Martí Vaquer nace en Palma el 5 de junio de 1996, el mismo año en que Nintendo estrenaba la multimillonaria franquicia Pókemon, Capcom sacaba a la venta Resident Evil, se estrenaba el primer juego de la saga Tomb Raider y también lo hacía The King of fighters ’96 de SNK. En cine Trainspotting, Fargo, El paciente inglés, Space Jam, Scream, Tesis, Mars Attacks!, eran algunos de los títulos más taquilleros, de Arturo Pérez Reverte se editaba la primera entrega de la serie Capitán Alatriste, nacían Marco Asensio, futbolista y Jack Johnson, cantante, se disolvía la formación del grupo Los Ramones tras una última actuación en Los Ángeles, acababan 14 años de gobierno socialista en España y José María Aznar reemplazaba a Felipe González, se inauguraban los Juegos Olímpicos de Atlanta, Gary Kasparov era vencido por primera vez por el superordenador Deep Blue de IBM.
Su padre, Gabriel, natural de Palma, siempre ha ocupado cargos de dirección en la Hostelería y su madre, Margarita, Profesora, también nacida en Palma. Tuvieron dos hijos; Marina y Andreu.
¿Qué es este lugar dónde nos encontramos?
Akira Gallery es un espacio dedicado a la promoción de la cultura pop en donde artistas jóvenes podemos mostrar parte de nuestros trabajos y además se apuesta por ofrecer productos exclusivos dentro de su concepto de “fanart”, en el que participan numerosos colaboradores.
Sabemos que la suya no fue una infancia fácil. Pasó la primera parte de su vida residiendo en una habitación de hospital
¿Cómo fueron aquellos días?
El día más feliz de mi vida fue cuando tenía cinco años y pude hacer un pipi normal, hasta entonces siempre lo había hecho en unas bolsas que colgaban de los laterales de mi cuerpo.
Pasé por el quirófano hasta en seis ocasiones, una de ellas a los tres años cuando me cerraron una de las aberturas en el costado y a los cinco la otra parte. Recuerdo los olores, los sonidos, el color blanco.
Desde su nacimiento, Andreu sufrió de Uretero hidronefrosis bilateral, un agrandamiento anormal de partes del riñón que impide que la orina salga de los riñones, los uréteres y la vejiga. Puede definirse también como una obstrucción para el drenaje de la orina a la vejiga.
Esta estancia hospitalaria no me permitió desarrollar la infancia como la de otros niños. Estar postrado tanto tiempo en una cama, me perjudicó el movimiento ocular, ya que apenas tenía ángulo de visión para entrenarlo. No podía ir al cole y me refugiaba en mi soledad. Me gustaba que mi hermana Marina, tres años mayor que yo, viniera a verme.
¿Cómo fue su adaptación a la vida normal?
En aquel tiempo mis padres que han jugado un papel determinante en mi vida, trabajaban y yo pasaba mucho tiempo con los abuelos paternos, Andreu y Joana, mi abuela materna Margarita, al abuelo Jaume, no le conocí. Aunque mi mentalidad era otra, yo quería ser como cualquier otro niño, sin miedo a caerme, no quería que nadie sintiera lástima por mí. Se hacía complicado no haber podido acudir a clases de manera regular y ahora por fin empezaba a hacerlo y a adaptarme. Yendo a la escuela habitualmente, comencé a practicar deporte.
De los siete a los diez años asiste a clases de dibujo
Sí, en mis primeros años tuve tiempo de dibujar pero necesitaba perfeccionar mi técnica y hasta la edad de diez años fui a una academia. Guardo un baúl lleno de hojas que dibujé postrado en la cama. Muchas de las cosas que sucedían a mí alrededor las plasmaba sobre un papel, los médicos, las batas, los utensilios. Inventaba historias con personajes y les otorgaba súper poderes.
¿Y cómo definiría a Andreu estudiante?
Era muy educado en el colegio y en casa todo lo contrario, un terremoto. En la escuela no me cuestionaba nada, atendía con interés. No suspendía ninguna asignatura.
Hasta cuarto de ESO fui a Sagrat Cor, una escuela familiar donde todo el mundo se conoce. Aunque me seguía gustando el dibujo, de los 15 a los 18 no sé porque, dejé un poco de lado esa actividad. A los 18 años acabé bachiller tecnológico.
¿Y cómo se le daba el deporte?
¡Muy bien! Jugué a baloncesto con La Salle a nivel de Campeonato de España, hicimos campeones de Baleares, también practiqué fútbol, natación, tenis, hockey, atletismo, balonmano. Como ya he comentado yo quería superarme y de alguna forma quería recuperar el tiempo perdido.
Hagamos un breve paseo por su adolescencia…
Siempre estaba ocupado, con el deporte, con la pintura. Era un chico guapetón que le caía bien a la gente, tenía una personalidad que tal vez había forjado estando enfermo, con mucho tiempo para reflexionar. Me sentía muy seguro de mi mismo. En ese proceso, pasé de ser un niño incomunicado a una persona extrovertida y carismática.
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Era una época de dudas, de planear un futuro y marcha a Vilanova i la Geltrú para hacer Ingeniería de Diseño Industrial…
Sí, y también matemáticas, física, química. Solo hice un mes y lo dejé. Me aburría tanto.
A los tres meses de estar allí tenía que hacer algo con mi vida y me inscribí en Barcelona en el Instituto Europeo de Diseño (IED) y fue uno de mis mayores aciertos. Aunque hubo un parón y aproveché para ir a Palma y sacarme el carnet de conducir y estudiar inglés.
Regresa a Barcelona y de los 19 a los 24 años, estudia en el IED, lo que describe como; “un Oasis del Diseño”.
Sin duda. Tuve muy buena conexión con los profesores que me impulsaron, despertaron la creatividad dormida en mí, me decían que yo podía ser muy creativo y comencé a practicar, óleo, acrílico, lápiz, a pintar elementos, zapatos, sábanas, ropa y todo el mundo quería un dibujo mío, los profesores me hacían sentir seguro de mi mismo.
Pero, la vida vuelve a ponerle a prueba…
Tuve un accidente esquiando y me rompí la clavícula, me dañé las manos y tuve hematomas por todo el cuerpo. Me pasé dos años de rehabilitación. Vivía solo y con algunas dificultades aprendí a salir a delante. La comida o vestirme era lo más complicado. Pensé mucho en ese periodo, reflexionar, meditar, darme cuenta de que no debía tener prisa por vivir. Quien mandaba era naturaleza. Ya era el segundo aviso.
Realiza su primera exposición en Barcelona…
Era una Casa Cultural, en una jornada festiva de actividades combinadas, música, literatura, arte. Presenté unos 20 dibujos de mis primeros abstractos y también algunos personajes.
Mis profesores seguían siendo determinantes en guiarme, veían que mezclaba diseño y arte, y el resultado final les convencía y empecé a bucear en el conocimiento del digital, de las creaciones en 3D.
¿Qué destacaría de su colaboración con Robert Llimós?
Como una de las experiencias más relevantes de mi trayectoria. Fueron faenas de carácter virtual en Barcelona y siempre agradeceré haber tenido esta oportunidad.
Robert Llimós i Oriol, es un pintor y escultor nacido en Barcelona y que su bagaje profesional le sitúa en un espacio de privilegio. Vivió un tiempo en Nueva York y en Miami y le encargaron esculturas para los Juego Olímpicos de Atlanta y para la Villa Olímpica de Barcelona. Muchas de sus creaciones pueden contemplarse en numerosos espacios de Cataluña y Mallorca. En 2009, estando en una playa de Brasil dijo haber sido abducido por una nave, durante más de dos horas.
¿Otras actividades reseñables?
Participé en las ediciones de 2019 y 2020 del Festival de Barcelona con el Projecte (Entremurs) Iluminación y soundtrack con el IED de Barcelona.
Fui muralista en la Pulpada Electrónica Estrella Damm de Barcelona.
Exposición individual en la Nit de l’Art de Pòrtol.
Realicé una actividad en el taller del ceramista Pere Aguadé en el que él también colaboró y que se denominó; Tassons, para la Colección Plou, destinada a restaurantes e inspirada en la erosión que se produce en las rocas con el paso del tiempo, debido al flujo del agua.
Creación de unas mallas deportivas andróginas inspiradas en Camper y en las deportivas modelo Dub.
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Sabemos que además de pintar, tiene otras aficiones.
Me gusta la hipnotización, leo, busco en internet, me informo con gente que se dedica a ello, mantengo una serie de contactos, repaso documentación, voy a sesiones, he practicado con más de cien personas y siempre con satisfactorios resultados, es algo que me llena, que me ayuda. He hecho también algunas sesiones de regresión.
En un primer repaso olfativo, recibo aromas de inquietud, noto su impertinencia frente a lo prosaico, sus garras de supervivencia aparecen al más mínimo atisbo de peligro. De sus ojos se desprende una mirada aplicada y absorbente, como si no perdiese de vista la presencia de la sombra del destino. Sus manos describen una danza simbólica, casi un ritual que se repite cada vez que contesta a alguna de mis preguntas. Rodeado de sus obras, de sus personajes de cómic, suprarrealistas, percibo una continuación de sus pecados, de su rebeldía, de su energía innata. Mi corazón versado, me advierte de esa conmoción que se manifiesta en escasas ocasiones.
Confiese, algunas de sus preferencias…
Solo diré algunas, porque son muchas y de distintas reflexiones; Alec Monopoli, Daniel Arshan, Kaws, Da Vinci, Basquiat, y principalmente la artista turca Eser Gündüz.
Eser Gündüz, desarrolló una primera parte de su trayectoria trabajando en la arquitectura, continuó en pintura espacial en el movimiento Bauhaus, posteriormente en la morfología de la inteligencia artificial. Sus piezas han paseado por medio mundo.
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A pesar de su juventud y de su historial, Andreu es un individuo en constante evolución. Ha demostrado su capacidad para darle la vuelta a un paisaje grisáceo y le ha colocado un arco iris permanente a su cielo. Quizá la forma de representar el molino de viento como elemento emblemático de la tierra que le vio nacer y ahora en decadencia, muestre ese espíritu de superación que regenera cada una de sus células. Su pintura es una apuesta personal que vislumbra esa inquietud obligatoria que debe dar notoriedad identificativa a cada pieza, el compromiso del artista. Ese tren imaginario que pasea por el mundo cargado de ideas conceptuales, es al que Andreu se sube de vez en cuando y se apea en las estaciones que él cree conveniente. Sus creaciones son visionarias, alteran el flujo de la especie habitualmente correcta. Aunque quedan muchas estaciones por delante, él persiste en su empeño.
¿Cómo definiría su día a día con la pintura?
Voy al estudio de Akira Gallery por las tardes, las mañanas las ocupo haciendo molinos digitalizados, son estampas tradicionales, mi abuelo perteneció a una Asociación de amigos de los Molinos de Mallorca y puede que eso haya influido en este terreno. También me complace la restauración de objetos.
Y en cuanto a esa otra faceta pictórica de cómics, pop art y arte conceptual, son muchas horas de estudio en un proceso largo que requiere paciencia, desde el boceto o primer dibujo pasando por la digitalización hasta llegar al lienzo.
Invento personajes y algunos tienen relación con los horóscopos, gran parte de mi trabajo la llevo a cabo con acrílico y rotuladores Posca.
En sus ejercicios de meditación ¿Qué ve cuando mira a su interior?
Que soy un ser al que le agrada conversar, trabajar para conseguir un estilo propio, informarme, debatir, provocar sentimientos con el arte. No parar de descubrir, de experimentar, de aprender. Hubo un tiempo en que creía que era una persona introspectiva, pero ya no es así, disfruto del contacto con la gente.
Llevamos casi dos horas conversando y por su manera de transmitir entiendo que su alma inquieta siempre tiene proyectos en marcha.
Necesito tener planes a la vista, sino la vida sería muy monótona. Además de no parar de investigar con la pintura, en mi desempeño como diseñador y artista, tengo la intención de poner en marcha algo cuando menos curioso en el mundo de la moda. He avanzado en un trabajo que he titulado; Careful, con el que pretendo convertir una tela gigante en una prenda innovadora, versátil y acondicionada para diferentes estaciones del año. Una prenda multiusos para la mujer o para el hombre.
Ha sido una visita esperanzadora, en la que me satisface pensar que nuestros artistas jóvenes se sienten preparados para hacer frente a un futuro insolente. Marcho convencido de que Andreu Martí posee instinto para saber aprovechar sus oportunidades y sus aptitudes.
A la salida de Akira Gallery sigue lloviendo, así que Francisca y yo, nos adaptamos al escaso metro de protección del paraguas. El golpeo de las gotas de agua sobre la tela negra se intensifica y nos obliga a aligerar el paso para llegar al coche.
Textos: Xisco Barceló
Fotografías: Francisca R Sampol
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