Por Garbiñe Continente
Viajar es su pasión compartida y, Comporta, el escenario que guarda algunos de los recuerdos más tiernos de la novia. La boda en Portugal de Charlene y Alberto reflejó sus dos universos -ella, francesa, él, gallego- y un amor compartido: el de recorrer el mundo de la mano. “La elección del lugar se debe a que Charlene tiene familia portuguesa y durante algún verano, ha pasado vacaciones de ensueño en este idílico lugar. Además, tiene un ambiente bohemio y desenfadado, que nos recuerda a primeros viajes juntos en José Ignacio, Uruguay”, explica Alberto a Vogue.es. Aunque esta no fue la única celebración nupcial que orquestaron los novios. Hubo una previa a miles de kilómetros del país europeo. “Dentro de nuestra locura de viajar, habíamos organizado una escapada a Seychelles y 15 días antes de coger el avión, nos dimos cuenta que podíamos organizar el enlace civil con un paisaje de película. Sin darnos cuenta, acabamos casándonos en una de las playas más hermosas de Seychelles, Anse Georgette, descalzos, arena blanca y outfit isleño, blanco y de lino”, cuentan los novios.
El enlace se celebró el pasado 28 de agosto, en una ceremonia íntima y al aire libre, al borde de un acantilado, en una villa que permitió una fiesta en exteriores. “La celebración tuvo lugar en una villa privada en Comporta rodeada de un paisaje natural lo que otorgaba un flow relajado y espíritu libre. Lo que nos enamoró fue la arquitectura tan típica de la villa con el azul y blanco del Alentejo y mítica piscina donde culminamos la noche saltando a la misma con nuestros amigos, acabando completamente mojados con nuestros vestidos de gala”, detalla Alberto.
Fue una boda en Portugal libre de dress code y formalismos. El único objetivo era celebrar el amor rodeados de sus amigos y familiares más íntimos; un deseo que incrementó con motivo de la pandemia. Así, la temática estuvo inspirada en el concepto free spirit, pensando en orquestar una fiesta memorable. La madre de Charlene hizo las veces de wedding planner, que supo transmitir ese aire efforteless, con sencillez y ambiente familiar. Además, la abuela de la novia bordó servilletas para todos los invitados; un detalle que marcó la diferencia y puso la guinda a una decoración floral espectacular, plagada de color, obra de Green Pick. “Era muy importante para mí que mi abuela colaborara en la boda y que tenga algo hecho por ella. Ella es costurera y cuando le dije que nos íbamos a casar en Comporta, le pedí si podía hacer las servilletas, se emociono mucho. Fueron de lino blanco con franjas y con espigos de arroz bordados, reflejando los campos de arroz de la zona", recuerda Charlene.
Charlene siempre tuvo claro que llevaría un look de firma francesa en el día de su boda y, la primera vez que se probó aquel vestidode Dior, tuvo claro que llevaba su nombre. “Mi vestido de boda fue amor a primera vista. Recuerdo la cara de mi madre cuando salí del probador. “Es ese vestido”, me dijo”. El diseño en cuestión era un minivestido camisero de la Maison francesa, que combinó con zapatos en color nude de la misma firma, un velo largo de Donatelle Godart, pendientes de perlas familiares y una pulsera de Cartier, regalo de Alberto. Tras la ceremonia, la cambió de look con un vestido de novia largo hecho a medida por Donatelle Godart con zapatos de Chanel y pendientes Gucci.
El novio, por su parte, tenía claro el estilo de traje que quería lucir en su boda, así como el diseñador que lo ejecutaría. “Siempre quise llevar un traje double breasted, corte diferente y único que me hiciera recordar ese día de manera especial. Para ello, siempre tuve claro mi elección de sastre: Luca Rubinacci”, recuerda. Así, llevó un traje de color azul y tejido lino, con cierto aire retro, que combinó con corbata y zapatos de Gucci.
La de Alberto y Charlene fue una boda plagada de detalles y magia que Jimena, de Volvoreta, inmortalizó en unas fotografías que son pura inspiración. “El estilo, carisma y buen gusto de Jimena fueron clave para captar la sencillez, elegancia y el toque especial que buscábamos en este día. Y las fotos hablan por sí solas”, culminan los novios.