Fortnite se ha convertido en uno de los juegos que más seguidores ha logrado en los últimos años. El videojuego ha llegado a generar un gran éxito mundial, pero, por otra parte, también ha provocado una adicción a muchos jóvenes, incapaces de ser conscientes de las horas que se pasan delante de la pantalla.
En Castellón, un menor tuvo que ser ingresado por un uso abusivo de Fortnite, llegando a estar conectado un total de 20 horas. El psiquiatra que se ha hecho cargo del cuidado del menor ha recomendado a los padres que se deben tomar medidas al respecto para que no vuelva a ocurrir una situación así.
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RedacciónEl psiquiatra encargado del programa de atención mental infanto-juvenil del Hospital Provincial de Castellón también ha puntualizado que, en el caso del joven, se trata de un adolescente que poco a poco fue aumentando las horas de juego, abandonando todo lo que estaba a su alrededor, como por ejemplo los amigos o el colegio.
Real fue más allá, asegurando que incluso aspectos de la higiene personal como por ejemplo ducharse o cambiarse de ropa también habían sido hábitos que habían desaparecido, además del hecho de comer menos o no cenar junto con la familia.
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Esta manera de comportarse, según el especialista, está unida a “un malestar emocional intenso”, que padecen muchas personas a la hora de no afrontar la realidad, y decidiendo como solución aumentar más el tiempo de juego. "Cuando el problema era muy grande llegaba a jugar 18 o 20 horas con dedicación exclusiva", ha apuntado Matías Real.
El seguimiento médico duró hasta 8 meses
El doctor corrobora que el joven “no era consciente de los problemas que le generaba. Luego sí fue consciente, pero no venía la relación entre estar tanto tiempo jugando y el abandono de las otras cosas". Debido a ello, el equipo médico decidió realizarle un tratamiento de desintoxicación, en este caso, de las pantallas.
Un ingreso con estas características permite, con el paso de las semanas, “hacer un aislamiento del entorno, incluyendo la conducta-problema y nos permite, después de los primeros días en los que aumenta el malestar, ir disminuyendo el tiempo de juego, lo que permite un análisis detallado con el paciente".
Poco a poco, el joven ha ido retomando el contacto con su familia y su entorno, hasta el punto de que los médicos le permitiesen volver a casa, sintiéndose en todo momento acompañado y seguro. El seguimiento médico duró 8 meses, hasta que se le dio el alta para que pudiera seguir su vida con normalidad y haciendo un uso regulado de las pantallas, con condiciones y límites horarios.
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Marc BrugatComo recomendación, Matías Real ha asegurado que los adultos tienen el deber de supervisar el uso de las pantallas en los jóvenes, y siempre por parte de los jóvenes, limitarlo a una duración concreta y “después de haber hecho determinadas tareas o haber cumplido unas obligaciones”.