SARAI VÁZQUEZ
Leire Bengoa es coqueta por naturaleza. «Desde muy pequeña me he fijado en la ropa y cómo vestía la gente», admite. Su familia le inculcó la importancia de la imagen, de cuidar las prendas e ir bien vestida. «Lo vives en casa, te gusta, y se convierte en parte de ti», reconoce. No era una niña feliz cuando le ponían el chándal: «Disfrutaba con mis zapatos de charol, pulseritas y vestidos». De hecho, cuando esta vasca de 35 años iba al colegio, el uniforme, en un riguroso azul marino y sin gracia, era su peor enemigo. «No he podido lucir mis propios looks hasta los 16 años», lamenta.
El gusto por la moda le ha acompañado toda su vida. Después de haberse licenciado en Relaciones Públicas, y dar sus primeros pasos en este sector de 'trapitos' y tendencias, gracias a su blog 'Aguanta la mirada' -creado hace más de una década-, se especializó como asesora de imagen y 'personal shopper'. Completó con éxito el curso que ofrece la revista Elle y la formación del gabinete de imagen de María Uranga, situado en el corazón del Casco Viejo. «Es ahí donde he tenido la suerte de ver cómo funciona una asesoría», cuenta. Hoy, trabaja en este conocido gabinete de imagen y, además, en Lookiero, una plataforma bilbaína de asesoría virtual y compra online con factor sorpresa, que han probado más de un millón de mujeres. Así, esta joven de Llodio ha hecho de su pasión por la moda un estilo de vida.
«Abuso de los básicos»
Lo que más le gusta de su trabajo es poder ayudar a la gente a vestir y sentirse mejor. «Van de la mano», aclara. Para ella, la moda es una forma de expresión. Y hace hincapié en que las prendas no tienen sentido si no las sabemos adaptar a nosotros. «Las tendencias son pasajeras, van y vuelven, pero el estilo de cada persona es lo que cuenta. Tenemos que defender lo que nos ponemos», defiende. En este sentido, la ropa que viste Leire es un claro reflejo de su personalidad: «Soy sencilla, abuso de los básicos y soy feliz con unos vaqueros y una camiseta blanca. Pero no me conformo, por eso me gusta darle una última pincelada a mis looks con un accesorio especial, ya sea con un pendiente o con un bolso».
Define su estilo a la hora de vestir como clásico. Aunque no duda en romperlo con prendas en colores llamativos, como el amarillo o el verde pistacho. «Son las tonalidades que más me favorecen porque me dan luz al rostro. En este sentido, no me importa arriesgar», indica. También tiene una fuerte predilección por las piezas que cuentan con cortes diferentes, prendas que tienen algo especial y toques sofisticados. Es una amante de los estampados: el de rayas, el 'vichy', el floral... eso sí, siempre que no sean muy recargados. Se atreve hasta con el «peligroso» 'animal print', que luce en pequeñas dosis, es decir, en algún accesorio, como un cinturón o unos zapatos. «El estampado que no me gusta nada es el de camuflaje», recalca.
«El chándal es para ir al gimnasio»
De puertas para dentro de su armario, los pantalones son fundamentales, una prenda versátil que lo mismo combina con deportivas que tacones de aguja. «Los blancos dan mucho juego porque pegan con todo», añade. Por otro lado, las chaquetas 'blazer' son otra de sus piezas clave: «Se lucen mucho. De hecho, recomiendo tener una a mano, y más aquí en el norte», cuenta. Las zapatillas, sin embargo, no tienen mucho espacio en su vestidor. «Sé que se llevan mucho, y de hecho me gusta vérselas a la gente, pero ponérmelas yo me cuesta. Digamos que lo sigo intentando, aunque no te voy a mentir, soy más de calzarme un tacón comedido, de tres o cuatro centímetros, no mucho más porque estoy todo el día de un lado para otro en el transporte público», admite. En cuento al estilo 'comfy', la tendencia que ha arrasado este otoño, Leire opina que «el chándal es para ir al gimnasio y no para usarlo a diario». Y cuando acude a eventos especiales en verano, esta experta en moda opta por vestidos favorecedores: «Me parecen un imprescindible».
Conoce y sigue las tendencias, pero sin ser esclava de ellas: «Me gusta adquirir todas las temporadas una o dos prendas que se ponen de moda. Pero siempre las incluyo a mis looks con naturalidad, sin obsesionarme». Esta primavera-verano, las prendas con volantes y mangas abullonadas se han convertido en indispensables en su armario. «Creo que me favorecen porque tengo los hombros estrechos, por eso puedo abusar de ellas», dice. Esta temporada, también se ha hecho con un peto vaquero, porque da «mucho juego» a los looks. Sin embargo, no es partidaria de las botas blancas o cremas, que hasta ahora contaban con ciertas connotaciones de vulgaridad, pero que en estos últimos meses se han alzado como una de las tendencia de la que no podemos escapar. Bueno, Leire sí, por el momento. «Aunque, ya sabes lo que dicen, nunca digas de este agua no beberé», añade entre carcajadas.
Comprar menos y mejor
Tiene el armario hasta los topes, pero con los años admite que ha aprendido a comprar menos y mejor: «No me importa pagar más si lo tengo claro. Ahora pico menos y busco otras cosas, más especiales. Digamos que compro con cabeza». Y, sobre todo, lo hace cuando llega una estación nueva: «Es cuando me apetece más, adquiero uno o dos conjuntos para renovar el armario». Prefiere encontrar las prendas en los comercios físicos, para verlas en directo, tocarlas y probárselas, pero reconoce que con la pandemia ha ganado confianza a la hora de comprar por Internet. Actualmente, su tienda favorita es Nina Life Styling, ubicada en Llodio. «Tiene ropa súper bonita», admite. También adora entrar en los comercios de moda de Zarautz, que cuentan con cierto aire francés. En cuanto a las grandes cadenas, le gustan mucho la firma Üterque y Bimba & Lola para los accesorios: «Se me van los ojos».
En el año 2015, Leire abrió una cuenta de Instagram para volcar el contenido de su blog, que ya no actualiza. En este escaparate virtual, comparte con sus más de 3.500 seguidores fotografías de sus looks diarios. «Antes estaban más preparados; ahora, sin embargo, muestro lo que me pongo para ir a trabajar», indica. Está «súper agradecida» por todos los usuarios que se encuentran detrás de la pantalla, que se rinden ante su simpatía y estilo único. «Poder inspirarlos y ayudarles es un honor», admite.
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