Por F. Javier Girela
Ahora que sabemos qué son los básicos del armario masculino, cuáles son y cómo identificarlos, toca ponerlos en práctica. Se puede pensar que disponiendo únicamente de una decena de prendas esenciales se tiene una buena base, pero no mucha capacidad de maniobra. Incluso utilizarlos de manera repetida –porque nunca pasan de moda– puede llegar a resultar tedioso y aburrido. Una camisa blanca y un pantalón te resuelve un lookazo un día, pero vestir todos los días igual puede terminar provocando un Día de la marmota estilístico. Sin embargo, esto se puede evitar si vas rotando la manera en la que mezclas todos los básicos –llegando a crear más de 30 looks con solo 9 prendas. ¿Cómo hacerlo? Nuestro look de básicos se compondrá de tres partes esenciales: una parte fija, otra parte vasculante y una parte absolutamente flexible, que será la que nos va a cambiar por completo el aspecto.
Pantalones
Los pantalones serán la pieza fija. Elige uno y, a partir de ahí, lo vestiremos más o menos para ajustarse a tu cita (el aspecto de unos vaqueros puede cambiar de mezclarlo con una camiseta a hacerlo con una camisa). ¿Cuál escoger? Todo depende también del entorno en el que vayas a estar, no es lo mismo ir a una oficina con un código de vestimenta superestricto que ir de cañas. Selecciona una base pantalonera en función de tu destino. Según los que elijas, el look final será más o menos formal. Podríamos considerar como pantalones básicos a los vaqueros, los chinos y los de traje o sastre, siendo el vaquero el más relajado y el de traje el más vestido (llegando incluso a completar un traje si echamos encima una americana)
Zapatos y zapatillas
El calzado será la parte vasculante del conjunto. ¿Por qué? Un mismo look puede convertirse en formal al escoger unos zapatos y transformarse completamente en informal al añadir unas zapatillas. ¿Cuál serían los básicos en este caso?
Los mocasines, los náuticos y los derby o bluchers de cordones son los tres modelos que proponen las pasarelas para pasar del absoluto reinado de las zapatillas a meter los pies de nuevo en el calzado más formal de nuestro zapatero (aunque estos tres estilos estarían dentro del zapatero más informal).
En cuanto a las zapatillas, las básicas siempre serán las blancas –que combinan con todo–, siendo las de siluetas y corte retro las que más perduren en el tiempo gracias a la nostalgia.
Las partes de arriba
La parte de arriba será la que nos aporte mayor margen de maniobra y combinación para intercambiar los básicos y crear diferentes looks. Esto se debe a que, cuando tratamos a alguien, lo miramos a la cara, por tanto nuestro margen de visión se centra en el marco superior –cara, hombros y hasta llegar al pecho– y llama más nuestra atención. Por tanto, al hacer variaciones más acentuadas en ese marco, parecerá que tenemos diferentes looks trabajando con pocos básicos.
¿Qué podíamos catalogar "los básicos" en esta sección? La lista incluye: la camiseta –preferiblemente blanca y sin dibujos–; la camisa blanca, azul o rosa; el jersey de punto fino y cuello redondo (se puede sustituir por el de cuello alto en invierno) y el polo, ya sea de piqué o de punto. La pregunta es: ¿cómo mezclar todo esto?
La combinación más sencilla es vestir todas las piezas anteriores una por una. Para configurar el conjunto adecuado a cada situación basta con seguir el esquema anterior:
- Elige un tipo pantalón base dependiendo de la formalidad de tu cita. Recuerda, el vaquero el el más informal, el chino es algo más vestido y el de traje, el más formal de todos.
- El siguiente paso es decidir si el contexto de nuestro encuentro será más estricto –en el que calzaremos zapatos– o más casual –entonces podremos rendirnos a la comodidad de las zapas–.
- Por último, rematamos con una parte de arriba, siendo la camiseta la más casual, el polo y el jersey las intermedias y la camisa la más vestida de todas.
Vestir a capas cuando hace frío no tiene ningún misterio, consiste en poner las prendas más finas primero e ir añadiendo sobre ellas las más gruesas; Pero no por ello tenemos que condenar la estética.
¿Recuerdas aquellos años de adolescencia en los que vestías una camiseta con una camisa encima? No dejes de hacerlo porque es el combo casual que las pasarelas han vuelto a poner de moda. Es tan sencillo como escoger una camiseta lisa –preferiblemente blanca– y añadir encima una camisa, ya sea dejando un par de botones abiertos para que se vea la camiseta o dejándola totalmente abierta a modo de sobrecamisa. Es lo que hoy los modernos llaman “Dad Style” –en el buen sentido–, y es que aquello adolescentes ya han crecido.
Subiendo un poco más el rango de formalidad, tenemos la mezcla de camiseta con jersey. El resultado final es algo más vestido que el de una simple camiseta, pero no tan formal como el de una camisa.
Por último, la mezcla clásica: jersey + camisa. Por un lado, el jersey es la capa extra perfecta para incluir entre la camisa y la americana en los días en los que refresca pero sacar el abrigo es demasiado. Por otro, se convierte en el sustituto perfecto de la chaqueta en las reuniones formales y dress code algo más flexible.
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