Los colores que escogemos pueden hacer magia en nuestro estado emocional. Y nuestra mente, de manera inconsciente, lo tiene claro; por eso a menudo nos atraen ciertas tonalidades en momentos específicos. Como la semana pasada, cuando te sentíasestancada y sin ideas en el trabajo, y elegiste ese top color lima. Exacto, tu elección pudo deberse a que tu cerebro ansiaba un sutil golpe de serotonina que consiguió gracias al efecto del verde y sus vibraciones frescas y energizantes.
Curioso, sí, pero esto tiene una base científica: cuando los minirreceptores de tus globos oculares se fijan en un color, envían una señal a tu cerebro que puede desencadenar una respuesta emocional. Lo que cada tono te hace sentir depende de dónde se encuentre en el espectro del arcoíris (es decir, de su mayor o menor intensidad). Y el estudio y el uso dela colorterapia no es algo exclusivo de nuestros días, sino que viene de la antigüedad, según afirma Dawnn Karen, psicóloga de Moda en el Fashion Institute of Technology de la ciudad de NuevaYork. Hablamos de muchos siglos atrás: la gente del antiguo Egipto y Grecia ya usaba piedras, cristales y tintes de varios colores en rituales de curación.
Por supuesto, las agencias de marketing y publicidad también se han aprovechado del poder del color, utilizándolo para propiciar ciertas respuestas, enfocadas a que compremos lo que promocionan (ahora ya sabes por qué los logotipos de seguros de automóviles suelen ser azules, porque evocan confianza y estabilidad). Y muchas empresas pintan sus oficinas de violeta para fomentar la creatividad.
Pero todo esto no es solo una artimaña para que las multinacionales influyan en lo que sientes. La terapia del color está en auge porque los diseñadores, y las personas que visten su ropa, se han dado cuenta de que cualquiera puede ponerla en práctica eligiendode forma intencionada qué tonos llevar (algo que nos viene genial ahora, en invierno, cuando necesitamos un chute extra de energía positiva).
El lila potencia la creatividad y la gama del rosa, la autoestima
La diseñadora de lencería Chloé Julian tuvo esto en cuenta al crear su línea Videris, que gira en torno a nueve tonos y sus significados. Apostó por las tonalidades rosas con la idea de potenciar los sentimientos de autoaceptación, y por los morados para despertar la imaginación y la espiritualidad. “Setrata de tomarte un momento para ti cada mañana y pensar: «¿Cómo quiero sentirme?». Y en función de la respuesta, elegir las prendas que mejor la secunden”, comenta Julian. Otros diseñadores, como Roxanne Assoulin y Tanya Taylor, han lanzado colecciones basadas en la colorterapia que incluyen pulseras de cuentas y camisetas respectivamente.
Dicho esto, es obvio que vestir con una paleta cromática concreta no reemplaza un tratamiento de salud mental. Sin embargo, puedes pensar en ello como un método más para mejorar temporalmente tu estado de ánimo. Pruébalo: en el mejor de los casos, estarás en sintonía con tus emociones; y en el peor, lucirás increíble con ese vestido rosa intenso. Suena bien, ¿no?